El informe insta a los gobiernos y actores clave a dar forma al sector turístico de forma proactiva para volverlo más resiliente, inclusivo y sostenible de cara al futuro.
El índice estudia el estado de recuperación del sector luego de la pandemia de COVID-19, en un panorama cada vez más complejo, destacando su potencial para abordar desafíos globales que van desde la degradación ambiental hasta la generación de prosperidad socioeconómica.
Fueron evaluadas 119 economías, mediante 102 indicadores agrupados en cinco categorías (entorno propicio, política de viajes y turismo, infraestructura y servicio, recursos turísticos y sostenibilidad) que miden la atractividad y preparación de un país para aprovechar su potencial turístico y lograr impacto social.
Los mejor clasificados el presente año 2024 son: Estados Unidos, España, Japón, Francia, Australia, Alemania, Reino Unido, China, Italia y Suiza. Gracias a las ventajas que van desde entornos comerciales favorables y políticas de viajes abiertas, hasta infraestructuras de transporte, turismo y TIC bien desarrolladas y atractivos naturales, culturales y otros.
En América Latina, Brasil (26) y Chile (31) obtuvieron los puntajes más altos, seguidos por México (38), Argentina (49), Colombia (50) y Costa Rica (51). Perú (62), Panamá (63) y República Dominicana (64) ocuparon posiciones más bajas (ver cuadro)
La región de América tiene un desempeño inferior a la media TTDI, con solo ocho economías con una puntuación superior a la media mundial en 2024. Además, menos de la mitad de sus economías han mostrado una mejora en sus puntuaciones desde 2019, detalla el informe.
Mientras que algunas naciones han avanzado en áreas como la sostenibilidad ambiental del turismo, la región en general continúa enfrentando obstáculos significativos que limitan la competitividad en este lucrativo sector.
La mayoría de economías latinoamericanas requieren importantes inversiones en infraestructura, incluyendo transporte terrestre, portuario y aéreo, así como infraestructura de servicios turísticos.
A pesar del gran potencial de América Latina para el turismo impulsado por la naturaleza y el impacto socioeconómico positivo de esta industria, la región aún enfrenta varios desafíos clave, entre ellos:
Condiciones de negocio y seguridad deficientes, incluyendo altos niveles de crimen y violencia organizada en varios países.
Necesidad de mayores esfuerzos de conservación para proteger las áreas clave de biodiversidad y especies en peligro.
Rezago en facilitadores amplios del crecimiento turístico, como infraestructura, capital humano y adopción tecnológica.
El informe insta a los gobiernos y actores clave a dar forma al sector turístico de forma proactiva para volverlo más resiliente, inclusivo y sostenible de cara al futuro.
Fuente: WEF
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